
Un buen inversionista se asemeja a un experto cazador o, si se prefiere, a un eximio pescador. Se debe contar con dos factores claves. Por un lado la paciencia para esperar y, por el otro, la acción para sacar rédito cuando llega el momento adecuado.
Por la experiencia que hemos recogido al ayudar a cientos de inversionistas, existen dos tipos bien marcados de personalidades en este rubro, y en muchos otros de la vida.
IMPACIENTES: EL DINERO LES QUEMA
Por un lado están los impacientes, los que quieren todo ya. Se tiran de lleno a la piscina sin saber qué cantidad de agua hay en ella. A veces les sale bien y a veces se estrellan contra el fondo. Son pura acción.
A estas personas “les quema el dinero” en su cuenta bancaria. Por razones variadas como la inflación, les suele dar el síndrome conocido en inglés como FOMO (Fear of Missing Out), que sería el miedo a perderse algo.
Creen que están dejando de ganar dinero si no lo invierten ya mismo en lo primero que se les cruza. Aunque generalmente sucede lo contrario: se apresuran al realizar una inversión y es ahí cuando realmente pierden su dinero.
CAUTELOSOS: LA OPORTUNIDAD SE LES VA
Otros, por el contrario, se pasan de cautelosos y, para continuar con el ejemplo de la piscina, miden no solo la altura del agua, sino que controlan la temperatura, la cantidad de musgo acumulado y hasta miran el pronóstico por si hay tormenta eléctrica. A veces demoran tanto que, cuando están listos, la fiesta ya se terminó. Son pura reflexión.
Se quedan esperando la oportunidad perfecta. El problema está en que ninguna les conforma y, generalmente por temor, no toman acción cuando deberían. Luego se lamentan cuando ven los beneficios que obtienen los demás. Quieren las ganancias, pero no los riesgos.
LA SOLUCIÓN
El ideal sería la exacta combinación de paciencia y acción. Todo a su debido tiempo. Aunque estos dos términos pueden sonar contradictorios, en este caso van de la mano: se debe tener el temple para aguardar el momento justo y, una vez que llega, actuar en consecuencia sin demoras.
¿Cómo encontrar el equilibrio justo? Es importante analizar bien la oportunidad y, si ésta cumple con los criterios que se han trazado de antemano, se debe pasar a la acción. Como de costumbre resulta vital el contar con un buen asesoramiento y tener confianza en la persona que nos ayuda a encontrar esas opciones de inversión.
Por ejemplo, en el correo anterior hablábamos de un proyecto de inversión en Miami (aquí el link) en el que las unidades se valorizaron entre 70 y 100 mil dólares en seis meses. Los inversionistas que se dejaron guiar y tomaron acción se beneficiaron de esa plusvalía.
Ahora otros están aprovechando los descuentos que hay en unidades de dos habitaciones y dos baños de ese mismo proyecto. Y además se puede financiar hasta un 70% del valor total. Para más información no dude en consultarme, porque es tiempo de la ACCIÓN.